Un lobo se topó con un cordero que se había perdido de su rebaño. Sintió cierta aflicción por quitarle la vida a una criatura tan desvalida sin una muy buena excusa. Así que el lobo se acercó al cordero y le dijo:
“El año pasado, me insultaste groseramente”,
“Eso es imposible señor” contestó el cordero “Yo todavía no había nacido”
“Bueno,” replicó el lobo, “te alimentas en mis pastos”.
“Eso no puede ser,” respondió el cordero, “porque nunca he probado el pasto”.
“Bueno, entonces tú bebes de mi manantial” continuó el lobo.
“De hecho señor, nunca he probado otro líquido que la leche de mi mamá” contestó el cordero.
“Bueno, de todos modos,” dijo el lobo, “no me voy a ir sin mi cena”: y saltó sobre el cordero devorándolo sin más preámbulos
Moraleja: Si alguien quiere hacer algo, lo va a hacer, aunque ponga mil pretextos y quiera encontrar culpables o justificaciones a sus actos.